Cómo integrar la perspectiva de género en la adquisición sostenible
Igualdad de género en el trabajo
¿Qué incluye este enfoque?
En este documento se sintetiza la información que deben conocer los compradores para integrar la perspectiva de género en sus estrategias y prácticas de adquisición. Se presenta una guía práctica que detalla, paso a paso, de qué manera los compradores pueden promover la igualdad de género y la no discriminación mediante sus decisiones de compra. También se explica qué ventajas tiene para una empresa adquirir productos o servicios a empresas propiedad de mujeres o gestionadas con una perspectiva de género.
Si bien este enfoque se centra en promover la igualdad de género en las cadenas de suministro, también hace hincapié en distintas formas de discriminación interrelacionadas, que incluyen factores como la raza, el origen étnico, la religión o las creencias, las discapacidades, la salud, la condición social, la edad, la clase, la casta, la orientación sexual, la identidad de género, la extracción nacional o el origen social.
La importancia de la igualdad de género
La igualdad de género es un derecho humano fundamental y la obligación de respetar los derechos humanos es una norma mundial de conducta de cumplimiento inexcusable para todas las empresas, con independencia del lugar en el que desarrollen su actividad.
El empoderamiento de las mujeres y el fomento de la igualdad de género crean valor social y económico en el mercado, en el lugar de trabajo y en la comunidad. La igualdad de género es crucial para acelerar el desarrollo sostenible y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5: Igualdad de género, Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico y Objetivo 10: Reducción de las desigualdades, y tiene un efecto multiplicador en el resto de las áreas de desarrollo. La igualdad de oportunidades y de trato para todos los géneros es un aspecto esencial del trabajo decente.
Alcanzar la igualdad de género en el mundo laboral implica promover oportunidades para que las personas de cualquier género obtengan un trabajo decente en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.
Alcanzar la igualdad de género en el mundo laboral implica promover oportunidades para que las personas de cualquier género obtengan un trabajo decente en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana. Este propósito supone, entre otras acciones, fomentar las oportunidades de empleo decente impulsando medidas que también se fijen como objetivo la promoción del acceso de las mujeres a la educación, la formación profesional y la sanidad, sin perder de vista la función que desempeña este colectivo en la economía del cuidado. Un ejemplo es garantizar que se implementen prácticas laborales favorables a la familia, que prevean incentivos en el lugar de trabajo de modo que se facilite el cuidado infantil y se otorguen licencias parentales cuando corresponda.
Obstáculos a la igualdad de género
Lograr la igualdad de género significa erradicar todas las formas de discriminación y eliminar todas las barreras que impidan que personas de distintos géneros tengan las mismas oportunidades. Por ejemplo, según el Informe mundial sobre la brecha de género de 2022 del Foro Económico Mundial, si se mantiene la progresión actual, la brecha de género económica no desaparecerá hasta dentro de 151 años, lo que significa que deberán transcurrir varias generaciones hasta que se alcance la paridad.
Aunque se trata de una leve mejora con respecto a la estimación del año pasado, el informe subraya que, a medida que se acumulan los efectos de las crisis, empeoran los datos sobre la fuerza de trabajo femenina y se intensifica el riesgo de que la paridad de género retroceda a escala mundial. A pesar de los avances mundiales en materia de igualdad de género en las últimas décadas, siguen existiendo varios obstáculos:
Falta de acceso al empleo remunerado, a la igualdad de remuneración en trabajos de igual valor y a oportunidades de progresar profesionalmente o de ocupar cargos directivos.
- A escala mundial, las mujeres cobran aproximadamente un 20 % menos que los hombres. Cabe destacar que, aunque existen grandes variaciones entre países, en todos ellos los hombres perciben mayores ingresos que las mujeres.
- Las mujeres solo ocupan el 27 % de los puestos directivos, una cifra que apenas ha variado en los últimos 20 años. Además, las mujeres con hijos se enfrentan durante toda su carrera a impedimentos laborales, salariales y a mayores obstáculos a la hora de acceder a puestos de responsabilidad.
- La pandemia de COVID-19 ha afectado de forma desproporcionada a las mujeres, que han sufrido unas pérdidas de empleo y de ingresos sin precedentes que no podrán subsanarse a corto plazo.
- En 2022, la cifra de mujeres que dirigen empresas de la lista Fortune Global 500 alcanzó un máximo histórico de 24, pero este número ni siquiera representa el 5 % de las empresas.
Violencia, explotación sexual y maltrato en la sociedad, el hogar y el lugar de trabajo.
- En las estimaciones se concluye que, a escala mundial, hasta el 75 % de las mujeres mayores de 18 años —al menos, dos mil millones de mujeres— han sufrido acoso sexual en el trabajo.
- Una de cada cinco mujeres (incluidas las menores de edad) ha sufrido violencia física o sexual, infligida por su pareja, en los últimos 12 meses. A pesar de ello, aún hay 49 países sin legislación que proteja de forma específica a las mujeres de este tipo de violencia.
Discriminación por maternidad o paternidad y falta de acceso a políticas que prevean licencias paternales.
- En todo el mundo, 649 millones de mujeres se enfrentan a una protección inadecuada de la maternidad. A pesar de los avances en las prestaciones por maternidad y del apoyo creciente a las licencias de paternidad, la Organización Internacional del Trabajo considera que la mayoría de las mujeres del mundo están desprotegidas contra la discriminación en el trabajo relacionada con el hecho de ser madres.
- Las trabajadoras embarazadas se ven expuestas a menudo a distintos tratos y comportamientos discriminatorios, como la falta de movilidad y promoción laboral, los despidos y las reducciones salariales o de responsabilidad laboral, que pueden repercutir tanto en la salud de la madre como en la del bebé.
- Aunque la licencia por paternidad es fundamental para que los hombres puedan ejercer sus derechos y obligaciones respecto al cuidado de sus hijos, sigue siendo un derecho escaso en todo el mundo y resulta inaccesible para casi dos tercios de los eventuales padres.
- Entre otras ventajas, el reconocimiento de la licencia a los dos progenitores reduce el riesgo de estigmatización que pueden sufrir las mujeres en el trabajo y garantiza una mayor paridad de género en cuanto al salario y la promoción profesional.
Acceso limitado a la educación y al desarrollo de competencias y reparto desigual de los cuidados no remunerados y del trabajo doméstico, susceptibles de dificultar el acceso al empleo y a las oportunidades económicas.
Las desventajas educativas se acumulan a lo largo de la vida de las mujeres, ya que es más probable que tengan un empleo precario y asuman una mayor carga de responsabilidades domésticas, familiares y de cuidados. Esta situación limita su acceso a la educación y a la formación, lo que puede impedir que se incorporen a la población activa y que acaben atrapadas en trabajos peor pagados y de menor categoría que los de los hombres.
Obstáculos técnicos y jurídicos a la iniciativa empresarial, así como a la titularidad y administración de los bienes.
- En 104 economías del mundo, las mujeres no pueden dirigir una empresa del mismo modo que los hombres.
- Son propietarias de un tercio de las empresas de todo el mundo, pero solo acceden al 1 % de los contratos mundiales de adquisición de las grandes empresas.
- Las mujeres empresarias y empleadoras se enfrentan a dificultades mucho mayores que los hombres para acceder a los servicios financieros. Los obstáculos para abrir cuentas bancarias —por ejemplo, que se requiera la autorización de un familiar masculino—, limitan el acceso de las mujeres a dichas cuentas. Las restricciones de acceso al crédito y la falta de educación financiera también pueden limitar a las mujeres a la hora de recurrir a los servicios financieros y de beneficiarse de ellos.
Retos de las empresas propiedad de mujeres:
En muchos países, las mujeres no pueden ser propietarias ni tener derechos sobre el suelo u otros recursos productivos y, por tanto, carecen de las garantías que requieren la mayoría de las instituciones financieras para obtener préstamos. Sin embargo, más de un tercio de las pequeñas y medianas empresas de los mercados emergentes son propiedad de mujeres o están dirigidas por ellas. Uno de los mayores obstáculos para su crecimiento es la falta de financiación, que se estima en 1,48 billones de dólares para las pymes propiedad de mujeres.
Las empresas propiedad de mujeres carecen de acceso a mecanismos de financiación alternativos, como los préstamos, para impulsar su crecimiento. En el caso de las mujeres que cumplen los requisitos para financiar deuda, las instituciones financieras suelen ofrecerles condiciones menos favorables en comparación con las otorgadas a los hombres. Como resultado, las mujeres suelen iniciar su actividad económica con menos capital y tienen menos acceso a la financiación que los hombres, lo que limita su capacidad para poner en marcha empresas o para hacerlas crecer.
Las mujeres pueden tener un acceso limitado al capital social, lo que engloba también las conexiones y redes empresariales. Las empresarias operan en redes de contactos más pequeñas y menos diversas que los empresarios, y es menos probable que busquen el apoyo de sus círculos sociales para estimular el crecimiento de su negocio. La información sobre las oportunidades no siempre se comparte de forma transparente y abierta. Hay menos plataformas de redes de contactos disponibles para las mujeres y, en algunos casos, incluso se les impide participar. En consecuencia, las emprendedoras suelen perderse las oportunidades de negocio necesarias para impulsar su crecimiento.
A pesar de los recientes avances en el acceso a la educación y en el desarrollo de competencias, las mujeres siguen rezagadas respecto a los hombres en términos de experiencia empresarial y directiva, que son habilidades clave para el éxito en el mundo de la empresa. Las mujeres asumen unas obligaciones desproporcionadas en el cuidado de la familia y en las tareas domésticas, que no disminuyen cuando se incorporan a la población activa o ponen en marcha un negocio. Estas tareas reducen el tiempo que pueden dedicar a su vida profesional o a sus empresas, lo que a su vez limita el crecimiento. Las mujeres también carecen de acceso a los mercados, a los activos digitales, como Internet y los teléfonos móviles, a la información y a las redes entre pares, todo lo cual limita sus oportunidades económicas.
Las mujeres tienen menos probabilidades de usar Internet que los hombres y estas diferencias aumentan en los mercados emergentes. A escala mundial, en el año 2020, la proporción de mujeres que utilizan Internet es del 57 % (5 puntos porcentuales menos que los hombres), en comparación con el 62 % de los hombres. En los países menos desarrollados, también en 2020, el 19 % de las mujeres (12 puntos porcentuales menos que los hombres) y el 31 % de los hombres utilizaban Internet.
Los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de la ONU desde una perspectiva de género
Las mujeres y las niñas son víctimas de las vulneraciones de los derechos humanos que se producen en la empresa de forma singular y, a menudo, desproporcionada, lo que incluye el estar expuestas a múltiples formas de discriminación y el tener que superar barreras adicionales para acceder a mecanismos de reparación eficaces.
Los Principios Rectores de la ONU reconocen la importancia del género en varios puntos (principios 3, 7, 12 y 20). Sin embargo, los avances hacia la igualdad de género han sido lentos. Esto ha dado lugar a un aumento de los esfuerzos para garantizar que las medidas adoptadas para aplicar los UNGP tengan en cuenta la perspectiva de género, lo que incluye la publicación de orientaciones específicas y acciones ilustrativas para cada uno de los UNGP.
Caso de estudio: El papel positivo que puede desempeñar una empresa en el avance hacia la igualdad de género
L’Oréal inició su Programa de Compras Solidario en 2010. Se suma a los programas sociales de inclusión que L’Oréal desarrolla en su cadena de suministro, como las iniciativas de apoyo a las mujeres empresarias, y pretende abrir los contratos a las empresas que empleen a personas de diversos colectivos y que, tradicionalmente, no tienen acceso a los grandes contratos con empresas multinacionales, como es el caso de algunas empresas propiedad de mujeres y con perspectiva de género. Hasta la fecha, más de 47.000 personas han recibido apoyo a través de programas de empoderamiento para mujeres. L’Oréal utiliza su poder de compra para lograr un impacto positivo que supere el de su influencia directa; para ello, aplica su estrategia de Diversidad e Inclusión a sus proveedores: el 22 % de los proveedores estratégicos de L’Oréal ha iniciado programas similares en sus cadenas de suministro.
Citi emplea su poder de compra para buscar de forma activa proveedores diversos. Para ello, participa en organizaciones que apoyan a empresas propiedad de mujeres o que fomentan su desarrollo. También anima a proveedores diversos a que aprendan a colaborar con Citi, compartiendo información y ofreciendo oportunidades para que estudien y comenten los próximos contratos e identifiquen posibles obstáculos que les impidan presentarse a las licitaciones. Para Citi, la diversidad de los proveedores es un imperativo empresarial estratégico, ya que promueve el avance, la innovación y la creatividad continuos, y genera relaciones comerciales mutuamente beneficiosas que fortalecen las comunidades a las que presta servicios.
Tesco se ha propuesto como objetivo aumentar la representación de las mujeres en puestos de liderazgo y garantizar que estas tengan oportunidades de desarrollo y progreso. La empresa colabora con sus proveedores directos con el objetivo de que al menos el 30 % de los puestos de supervisión y dirección estén ocupados por mujeres para finales de 2025. Para ello, Tesco pide a sus proveedores que analicen la estructura de su plantilla total y que elaboren planes de acción para mejorar la representación en los casos en que esta sea insuficiente en la actualidad.
Pueden consultarse otros ejemplos sobre un mercado emergente en Sourcing2Equal Kenya: Barreras e iniciativas para fomentar el acceso a los mercados de las empresas propiedad de mujeres (en inglés), de la Corporación Financiera Internacional.